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Los fogones de las mujeres rurales en tiempos de pandemia

Frente a la pandemia de COVID-19, se manifiestan con mayor claridad las desigualdades estructurales que viven las mujeres y, que ante la contingencia persisten. Puesto que, con base en la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2020) en un estudio realizado en 206 países, el 20% no tiene ninguna medida con enfoque de género en su respuesta al COVID-19.

Sin embargo, cuando el sistema económico capitalista, antropocentrista, patriarcal y colonial colapsa, ahí están presentes las mujeres y el trabajo de cuidados para sostener la vida tanto en el aspecto privado como en el público. Mujeres que trabajan desde los servicios de salud y el sector informal, y otras más desde los hogares y espacios comunes con remedios y alimentos para atender la pandemia.

De acuerdo, al Instituto Nacional de Mujeres (INMUJERES, 2019) 6 de cada 10 mujeres rurales en México viven en la pobreza, lo que se traduce que solo el 13% tenga cobertura de salud, y aunque las mujeres rurales producen el 50% de alimentos solo el 27% tiene derecho legítimo sobre la tierra y por ende al destino de la producción de lo que se cultiva, limitando así su derecho a la alimentación.

Ante este escenario, las mujeres rurales preparan y comparten remedios para atender el COVID-19, a través de saberes que surgen de las virtudes de la miel que proveen las abejas, el ajo, el jengibre, la naranja, la sabiduría de las abuelas, la energía de las plantas, las cadenas de oración y el sostén que se entrelaza en las redes de apoyo para que la vida se siga reproduciendo.

Así mismo, durante esta pandemia los fogones, las ollas y las cucharas de millones de mujeres rurales han estado ocupadas, preparando alimentos que se sirven en las mesas de los hogares y comunidades, en un acto de amor, de cuidado y de afectos. Los traspatios se han llenado de vida y las huertas se han rehabilitado, para compartir semillas, para escribir recetas y compartir las cosechas con guisos calientes llenos de ingredientes locales.

2020 VIDA AC: Mujeres y fogones / Jesús Paéz

En estos tiempos, donde todos los imaginarios se desvanecen ante las cifras alarmantes y las nuevas olas de confinamiento, es momento de reflexionar con una mirada en las mujeres rurales, quienes continúan dejando aprendizajes ante la pandemia.

Algunos de los aprendizajes son: que se debe basar la alimentación en las redes locales, que se debe seguir conservando las semillas y sembrando los huertos a través de la agroecología, que se debe reconocer los saberes y prácticas ancestrales para la preparación de remedios y alimentos, que se debe seguir tejiendo a favor de la soberanía alimentaria, que se debe visibilizar y valorar el trabajo de cuidados, que se debe defender la autonomía de los cuerpos y territorios en cada comida, semilla, receta e historia; porque en esos lazos de comunidad y fraternidad las mujeres rurales siguen revitalizando la vida ante una pandemia que no ha logrado apagar el fuego y su vinculación con la madre Tierra.

Colaboración de: Illescas Palma, Gisela & Severiano Hernández, Mónica. Integrantes de Vinculación y Desarrollo Agroecológico en Café, AC (VIDA AC) y MAELA México.

Fuentes consultadas:

INMUJERES (2019). Las mujeres rurales producen más del 50% de la producción de alimentos en México. https://www.gob.mx/inmujeres/articulos/las-mujeres-rurales-agentes-clave-para-el-desarrollo-sostenible

ONU Noticias (2020). Sólo el 12% de los países protege a las mujeres del impacto económico y social del COVID-19. https://news.un.org/es/story/2020/09/1481382